Te propongo un reto. ¿Tienes a mano alguna foto tuya de los años 90? Tranquilo, sino, vamos a poner a prueba tu memoria y tu vergüenza. ¿Te acuerdas del look que llevabas y de tu corte de pelo? Mejor lo olvidamos. Bueno, no; lo tomaremos como ejemplo para hablar del rebrand de las marcas.
Por suerte no vistes igual que en los 90’s (bueno, tal vez tu sobrino de 18 años vista al estilo poligonero inglés/Trainspotting y sea el más moderno de la clase), pero volvamos a ti. Has adaptado tu estilo al paso de los años y a los cambios estéticos para evolucionar. ¿Me equivoco?



Pues bien, las marcas, aunque no cambian de look tanto como nosotros, también se adaptan al paso del tiempo modificando y adaptando su logotipo.
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Hay quien modifica la tipografía para hacerla más retro, otros para ser más futuristas… En cualquier caso, lo importante a la hora de rediseñar un logotipo es tener muy en cuenta lo que representa la marca y la credibilidad que ésta tiene. Porqué una mal diseño, por mucho que desde el departamento de marketing lo justifique con mil argumentos, no cuela. El público no es tonto y muchas veces tiene incluso más criterio que los departamentos de marketing.
Credits: Foto de cabecera de Brett Sayles en Pexels