Si más o menos conoces nuestra trayectoria sabrás de nuestra obsesión por el branding bien trabajado. Aquel que se construye no tanto desde las palabras, si no des de los hechos. Entendiendo que, una marca es una identidad, y esta se define por cada uno de sus actos.
A nuestro entender, una de las compañías que con más rigor trabaja en este sentido es sin duda, Patagonia. Esta marca de ropa “outdoor” tiene muy claro cuál es su POR QUÉ (ese WHY del “Golden Circle” de Simon Sinek) y este no es otro que todos podamos disfrutar de la naturaleza.
El planteamiento es tan obvio y tan bien trazado que haría sonrojar a cualquier supuesto gurú del marketing:
Si soy un amante de la naturaleza y vendo ropa de montaña, me interesa que haya una consciencia de preservación del medioambiente, ya que será un bien para todos y en especial para mi, que vivo de ello.
¿Y qué hacen? Pues en lugar de gastar como locos en campañas de publicidad, invierten en proyectos de preservación del medio natural, de trazabilidad de fabricación de sus productos, o hasta en campañas que invitan a no comprar productos Patagonia nuevos en Black Friday, y animan a la compra de productos usados en una red P2P entre consumidores.
¿Arriesgado? Si solo somos capaces de medir el éxito de nuestra compañía por la tiranía del corto plazo, seguro. Pero no se nos ocurre una mejor estrategia de construir una marca que conecte con su consumidor, aportando un propósito y devolviendo algo a la sociedad. Es más, son capaces de provocar esa reacción de “no me gusta su ropa, pero soy fan de la marca”, justamente porque conecta conmigo.
Y para demostrar lo que acabamos de exponer, ahí está We the Power un documental y campaña que pone en valor el trabajo que están haciendo multitud de cooperativas de energía verde en todo el mundo, ahora que se cumplen 30 años del desastre de Chernobyl.
Un proyecto que no solo tiene como objetivo conscienciar de la necesidad de un viraje a un mundo más sostenible, si no que pretende poner en jaque a las grandes compañías energéticas por sus abusos en las políticas de precios, empoderando a comunidades de todo el planeta para que se unan y produzcan su propia energía.